10 de noviembre de 2008

Cuidado con el Doctor

Por Juan Ignacio Apogliessi

Sin dudas, soy un defensor nato de la contratación de Diego Armando Maradona como director técnico de la Selección Argentina de fútbol. Creo y creeré, más allá de los resultados, que este es el momento óptimo para que Diego se haga cargo de una selección que aún lo tiene como su principal exponente.

Sus experiencias, su bienestar de salud actual y el poco tiempo que falta para el Mundial de Sudáfrica –con respeto, no imagino al diez cuatro años en este rol- creo que son los tres sostenes para apoyar la elección, de parte del desgraciadamente eterno régimen de Grondona, del mejor futbolista del planeta como sucesor de Alfio Basile al frente de la celeste y blanca.

Sin embargo, existe un punto en el que me quiero detener. Carlos Salvador Bilardo, otra vez está con nosotros y como una especie de manager del seleccionado que heredó Diego. Con él, todas las esperanzas que poso en la figura de Diego sobre el futbolista que se enfunde en la casaca nacional disminuyen de algún modo, y da lugar a un frío interior muy difícil de explicar. Serán recuerdos que tocan el presente. Recuerdos de bidones y toda esa expresión de orgullo de parte de compatriotas, contando muchos periodistas, sobre una cuestión que debería darnos vergüenza.

Sabe del fulbito de hoy, no lo niego. Conoce jugadores de muchas ligas, tiene feeling para teatralizar con altos dirigentes nacionales e internacionales y genera un carisma ante las cámaras que lo elevan como una leyenda. Pero el problema reside en el pobre fulbito en el que estamos inmersos, en el que Bilardo es un semi dios, un integrante de una filosofía de fútbol distinta, divertida para el público pero que en todos estos años no supo reemplazar los alfileres en el trasero del contrario por un “tocá por abajo”.

Cesar Luis Menotti lo explicó mejor que yo: “El fútbol es tan generoso que evitó que Bilardo se dedique a la medicina”.

Diego, éxitos, elegí bien a tus colaboradores y buscá la gloria con buen fútbol, sin miedo a que se te caiga la corona que tendrás eternamente como figura máxima de nuestro fútbol. Y, sobre todo, quedate. No sea cosa que te reemplace ya sabes quien.

6 de noviembre de 2008

Más vale tarde que nunca



Por Facundo Bianco

Agustín Gringo Tosco. Argentino, sindicalista y una de las figuras más relevantes del Cordobazo. Murió el 4 de noviembre de 1975, a los 45 años, perseguido por la tristemente célebre AAA de López Rega, y refugiado en la clandestinidad.

"Hago lo que hago porque quiero a la justicia. Si bien yo nací en una familia de pequeños propietarios y no he experimentado la injusticia que sufre tanta gente, tantos trabajadores, sé que no sólo lucha contra ella quien la padece, sino también quien la comprende. Claro que la represión la hemos sufrido nosotros también. Pero lo fundamental es que todos los que tenemos un concepto de justicia y equidad, debemos luchar para construir una nueva sociedad que permita al hombre salir de la enajenación a que lo conduce este sistema que afecta hasta el derecho de vivir. La mortalidad infantil, el analfabetismo, la deficiencia sanitaria, la falta de vivienda son parte de este sistema injusto".

"Para que todos juntos, trabajadores, estudiantes, hombres de todas las ideologías, de todas las religiones, con nuestras diferencias lógicas, sepamos unirnos para construir una sociedad más justa, donde el hombre no sea lobo del hombre, sino su Compañero y su Hermano".

5 de noviembre de 2008

Bielsa dixit

"Si algo ha obstaculizado la comunicación con la gente, ha sido el negocio periodístico"

4 de noviembre de 2008

Elecciones en Estados Unidos


Que asco me das, usurpador,
miles de muertos tienen tu olor.
No sos ni un bagre ni un escorpión,
una luz mala es lo que sos.
Jorge W, la guerra no termino,
falta que pagues por tanto dolor.
Jorge W, no se si te dijo Dios,
lo que te espera es peor que vos.
Te haces el cowboy pero no sos,
como quisiera estar frente a vos.
Si hasta Jack Daniells te abandonó,
veo tu tumba y ninguna flor.
Jorge W, la puta que te pario,
falta que pagues por tanto dolor.
Jorge W, no se si te dijo Dios,
lo que te espera es peor que vos.