17 de agosto de 2009

Máximas para mi hija



De José de San Martín (25 de Febrero 1778 - 17 de Agosto de 1850)


1. Humanizar el carácter y hacerlo sensible aun con los insectos que no perjudican. Stern ha dicho a una mosca abriéndole la ventana para que saliese: “Anda, pobre animal, el mundo es demasiado grande para nosotros dos”.


2. Inspirarle amor a la verdad y odio a la mentira.


3. Inspirarla a una gran confianza y amistad pero uniendo el respeto.


4. Estimular en mercedes la caridad con los pobres.


5. Respeto sobre la propiedad ajena.


6. Acostumbrarla a guardar un secreto.


7. Inspirarle sentimientos de indulgencia hacia todas las religiones.


8. Dulzura con los criados, pobres y viejos.


9. Que hable poco y lo preciso.


10. Acostumbrarla a estar formal en la mesa.


11. Amor al aseo y desprecio al lujo.


12. Inspirarle amor por la Patria y por la Libertad.

12 de agosto de 2009

Cambia la mano






Por Facundo Bianco


De aprietes y extorsiones. De tranzas y estrategias. De víctimas y victimarios. De pobres y ricos. De malos manejos y corrupción. De desvaríos y falta de crítica. De dedocracia, no democracia. De lavado de cara y de dedos acusadores.


De todo eso está compuesto este enorme papelón que tiene como protagonistas a la AFA unipersonal de Grondona, a los dirigentes de los clubes, a TyC Sports, al Grupo Clarín, a Futbolistas Argentinos Agremiados, a jugadores, periodistas, técnicos, y hasta al Estado argentino.


Todo quilombo que ponga en tela de juicio al perverso sistema ya establecido, viene bien. Barajar y dar de nuevo viene bien. Después hay que ver qué pasa con esta revolución entre comillas. Porque si barajan y dan de nuevo, pero no cambian ni las cartas, ni los jugadores, ni las reglas, y en cambio se sube la apuesta, es probable que veamos repetirse el mismo papelón del cual hoy somos testigos.


Mañana debería comenzar el campeonato, pero eso no sucederá. “Arranca el 21, con o sin televisión”, dijo el inefable Cherquis Bialo, vocero de Grondona. El mismo ex periodista que habló del fin del monopolio y el ingrato recuerdo de que la gente deba esperar hasta las 24hs del domingo para ver los goles de la fecha.


Quizás no reparó, a la hora de entonar esa frase cual político en campaña, que fue justamente su jefe quien firmó hace 18 años, sin licitación alguna, y revalidó hace sólo 2, el contrato que hoy todos cuestionan. Hasta él mismo. Hasta el propio Grondona. O nos toman de boludos, o apuestan a que el pueblo argentino tenga en este caso la misma mala memoria que tuvo casi siempre, a lo largo de su historia.


Pero volviendo al divorcio de TyC/Clarín con Grondona, es de esperar que la jugada de Don Julio contemple una red donde caer parado, porque el jefe no da puntada sin hilo. Lo curioso, o no tanto, es que el actor del circo que debería estar pagando la mayoría de los platos rotos, hoy se ha reconvertido en un mesías al cual muy pocos cuestionan por fuera de la AFA, y nadie por dentro. Como escribió Varsky, Grondona pasó de ser El Padrino a Robin Hood.


Por eso, este cismo cobrará valor si con el correr de los días logra dejar fuera del circuito a personajes que evidentemente hicieron las cosas lo suficientemente mal como para sentir el impacto. Grondona y los dirigentes de los clubes, por ejemplo. El Grupo Clarín y TyC, otro ejemplo. Sergio Marchi de Agremiados, y la lista es larga.


Porque sucede que desde que se puso en tela de juicio el contrato entre la AFA y las empresas que operaron hasta el martes, todos los que viven del fútbol se fueron ubicando en el pedestal de la moralidad para decir sus discursos.


Entonces el presidente de TyC Sports se muestra indignado en un raid mediático por los medios de la empresa para la que trabaja. Indignado porque la AFA no cumple con el contrato, pero sin mencionar que ese acuerdo legal no es más que una estafa permitida por el inescrupuloso Grondona, socio de TyC hasta el martes, e impulsor de dicha empresa en su génesis.


Don Julio se muestra enfurecido por las deudas de los clubes y le pide a la TV más del doble de lo que le correspondía por contrato, que él mismo firmó y describió como el mejor contrato que rubricó en su vida. El mismo contrato que ningún dirigente en la AFA conocía, hasta el martes.


Y siguen los actores, siguen los discursos. Los dirigentes de los clubes gastaron por 30 cuando recibían 5, por lo que puede esperarse que gasten por 300 cuando reciban 50 si no se los controla. Estos mismos dirigentes, todos con vínculos con barra-bravas y manejos por lo menos desprolijos en las finanzas de sus clubes, son los mismos que se quejan por la poca plata que reciben pero levantan para sostener al tipo que divide la torta. En la última década se vendieron 393 jugadores por 1067 millones de dólares, sin embargo los clubes tienen un pasivo global cercano al 700 millones de pesos. Alguien debería explicar donde está toda esa plata.


Los jugadores protestan a través de su gremio, sin dar la cara pero cobrando contratos que no entran en los balances de clubes con pérdidas y deudas millonarias. Firman lo que saben que no le pueden pagar. Hay una responsabilidad desde ese lado. Maquinados por la prensa, exigen sueldos de niveles europeos en un fútbol con clubes inhibidos.


Los periodistas, nunca ajenos a la cuestión, lloran por TV, despotrican por radio y se indignan en el papel. Se les acabó la fiesta, la época de los grandes viáticos y el monopolio del manejo de la información. Hoy rompe con ellos el mismo dirigente al que jamás cuestionaron, por ser socio de sus jefes. Es una canallada que el único análisis que se haga de toda esta situación, desde los medios damnificados, sea que una vez más alguien en este país está faltando a un contrato. Canallada que se difunde sin pausa desde Tyc Sports, Fox, Olé, Clarín y todos los perjudicados por el fin de una estafa que duró demasiado.


Y el Estado aparece como nuevo integrante de esta novela. Todavía no se sabe a ciencia cierta cuál será su rol, pero aparentemente proveerá a la AFA de 600 millones de pesos para quedarse con el fútbol. En principio parece desmedido que con tantas prioridades y deudas de carácter social, el Estado decida poner semejante cifra. Teniendo en cuenta, además, que no cuenta con la estructura necesaria para mantener el nivel de transmisiones, en cantidad y calidad. Habrá que esperar para ver de qué se trata todo esto, amén de tener la certeza que se trata de un golpe más en la pelea entre el matrimonio K y el Grupo Clarín.


Está claro, el contrato vigente hasta hace unos días era sumamente beneficioso para la empresa que adquirió los derechos, pero no para los clubes. Lo firmó la misma persona que lo rompe, sostenida por las mismas personas que lo cuestionan levemente y lo sostienen con fuerza. Desde lo ideológico, seduce la idea de terminar con el monopolio. Habrá que esperar para ver quién compra las cartas, quién pone las reglas y quiénes juegan. Por supuesto, también si por fin alguien dará explicaciones.