Por Facundo Bianco
Te fuiste como llegaste: antes de lo previsto. Patada en el culo, la que les da el destino a los que creen en eso de preveer. Te llevaron lejos de este infierno, rodeada de mar con ballenas, y bosques con duendes tan chiquitos como vos, con los que hubieses jugado más temprano que tarde. No llegaste a darte cuenta cuando esos gigantes animales en blanco y negro cambiaron la piel por metal, y el mar se hizo autopista. Los duendes desaparecieron. Parece que uno nunca logra alejarse lo suficiente.
Me contaron que te cagabas de risa de todo, y me resultó lógico: de tal palo tal astilla. Hiciste crecer a Papá mucho más que tus tres intensos meses, pero vos te fuiste demostrando que cada vez son menos los que quieren crecer acá. Los colores de tu juguete preferido se los queda Mamá, para llenar de duendes y ballenas cada rincón donde escasee la luz que te llevaste a otro lado.
Yo ya me presenté, soy tu tío. Ni los cientos de kilómetros ni esa puerta herméticamente cerrada permitieron que nos cruzáramos, pero te sentí cerca aquella tarde en la que el sol partía la Tierra. Sé con seguridad que me sentiste ahí, como yo te sentí a vos, pero nada fue suficiente para llevarme una sonrisa tuya guardada para siempre.
No te conocí, no me conociste, no nos conocimos. O sí. No sé. Yo ya sé, Emma, que vos querías volver a estar cerca del mar, y sin proponertelo hiciste llorar litros y litros de agua salada hasta a los que nunca te vimos. No te conocí, pero te extraño. Será que querías volver a sentir la brisa del mar, y hoy ya sos parte del aire…
A Ema Campos, la sobrina que no conocí.
2 comentarios:
No la conocí, pero a la vez, su tio Facu me la describió a la perfección, sin conocerla el tampoco. Duro golpe, durísimo. Gran reflexion Chaucha. Abrazo y fuerza a la familia.
Juan Ignacio Apogliessi
Simplemente, una joya. Pero clara, muy clara, como ese mar que describís. Así son tus palabras. Y Emma, ya las tiene susurrando en sus oídos.
Abrazo amigo, al igual que a la familia.
Matías Alba
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