23 de febrero de 2009

El hincha...


Por Juan Ignacio Apogliessi


En impresionante ver al hincha yendo a la cancha. Es impresionante verlo acercarse al estadio, con su atuendo de hincha, con su andar de hincha, con su voz de hincha.

Por donde lo mires, es impresionante.

Verlo cantar, verlo saltar, verlo reír, verlo llorar, agitar su bandera, cargar a su par separado por colores y un cordón policial, sufrir por un ataque del contrario, soñar con un ataque de los que comparten su camiseta (aunque no su salario ni con su pasión), insultar al arbitro (aunque sea el mejor colegiado del país), festejar la victoria, sufrir la derrota…y todo, el hincha es todo una historia en sí.

El hincha pasa del amor al odio con facilidad. El hincha idolatra la calidad de su diez, la entrega de su cinco, el esfuerzo del ocho, la voz de mando de su dos y la seguridad de su arquero. Sin embargo, ante una mala racha le reclama sacrificio al enganche, le pide orden al volante central, le grita “corré” al volante derecho, tilda de “burro” al primer central y le recomienda al guardameta la colocación de “manos” que, de todos modos, ya tiene.

Así se va a su hogar, contento o enojado, en tren o en bondi, escuchando al radio solo para insultar al periodista que dice más mentiras que verdades, o para escuchar al mismo tipo hablando bien del equipo del corazón seguido de un “este sabe, eh”.

Y llega otro domingo y cuando el partido comienza se olvida de los reproches y vuelve a ver a su equipo formado por ese diez mágico, ese cinco elegante, el ocho combativo, el dos experimentado y el arquero de la cantera que con veintipico parece de cuarenta y que da más seguridad que el cana que te toca, en la puerta de la cancha, hasta lo que tu jermu ya ni toca para entrar al ver a esos once tipos que te dan la pauta de cómo vas a pasar toda la próxima semana.

El hincha es así, folclore puro. El hincha grita, desenfrenado, por algo que aprendió a amar desde la cuna, algo que en algún momento de su vida les dio orgullo a los mayores o generó una división familiar por una elección de colores diferente al de papá.

Es hermoso ver al hincha yendo a la cancha. El hincha que no tira piedras, ni revende entradas, ni pide vueltos, ni se cree dueño de lo que nunca por educación ni generosidad va a tener.
Y por suerte, una vez más ví a hinchas en las dos tribunas.
Dedicado a los verdaderos hinchas del club Atlético Independiente y de Racing Club de Avellaneda por haber convertido el clásico del sábado 21 de febrero en un fiesta de color, folclore y paz.

21 de febrero de 2009

Simplemente, otra cosa...

Por Matías Alba
En mis incrédulos 28 años observé y aprecié muchos recitales. Ya sean de grupos o solistas de cabotaje o internacionales. Sin embargo, el viernes 20 de febrero de 2009 me di cuenta que hay bandas que son, simplemente, otra cosa. De otro mundo. De otro universo.
Apenas pisaron el escenario los cinco integrantes de Deep Purple (tres son sobrevivientes de la formación original) y sonaron sus primeros acordes y melodías, me di cuenta que no sentiría y observaría lo mismo que otras veces. Esa guitarra, ese bajo, esos teclados, esa batería y esa única e impecable voz demuestran que el fuego sagrado del rocanrol perduran y perdurarán por siempre en el tiempo. Sin importarle el paso de las horas, los días y los años.
Además, en esa hora y treinta y cinco minutos mágicos que duró el recital, me di cuenta que estos “especímenes” –como también lo son Pink Floyd y Led Zeppelín- son inigualables y que faltará mucho –muchísimo- tiempo para que se asome otra banda que alcance las perfecciones que poseen estos eternos grupos.
Así, ese viernes caluroso de febrero, tomé conciencia que, musicalmente, Deep Purple es otra cosa…

Dedicado a Hernán, el hermano de mi alma que me presentó otra maravilla del mundo....
Te amo y gracias.

12 de febrero de 2009

El arte de lo impredecible

Por Facundo Bianco

Hay que entender el Peronismo.

Y si aún haciendo un revisionismo sobre el Peronismo con el propio Juan Domingo Perón en vida, resulta complejo, entonces del análisis que se puede hacer sobre su actualidad surgen aristas de todo tipo.

Hay algo innegable: su capacidad de reciclaje constante. Cuando pareció que la Alianza, con Fernando De La Rua a la cabeza, se llevó puesto todo lo que quedaba de la década Menemista, resurgió el Peronismo para demostrar que sin su venia es muy difícil gobernar. El "qué se vayan todos" se fue diluyendo con el tiempo, y los que en algún momento comenzaban a mirar la obra desde abajo del escenario, hoy vuelven con aspiraciones (más o menos reales).

En su discutible afán de lograr un gobierno pluralista, el Kirchnerismo resguardó una cantidad de dirigentes bajo su ala. Con sólo hacer un breve paneo aparecen Aldo Rico, Alberto y Aníbal Fernández, Daniel Scioli, Enrique Albistur, Gustavo Béliz, y una lista interminable de funcionarios con relaciones cercanas con Menem u otros trites protagonistas de nuestra historia.

Por si hacía falta demostrarlo, el Peronismo ha elegido su camino y dobló a la derecha hace ya varios años. Lejos de "las patas en la fuente" y "siempre junto al pueblo", ha sabido tejer una red que ataja a unos y deja pasar a otros hacia el abismo, según las circunstancias lo demanden.

Duhalde es otro que aparece y desaparece con actoral eficacia, operando desde las sombras o a plena luz del día, según el momento. Sólo se tomó un descanso, y por estos días posa su sonrisa para mostrarse feliz ante la unión de dirigentes que hasta hace tres minutos tenían concepciones lo suficientemente distintas como para abrazarse para la foto. Apadrinados por el hombre más fuerte del Conurbano Bonaerense, Felipe Solá, Francisco De Narváez y Mauricio Macri, conformarán una cuestionada alianza con vistas a las próximas elecciones legislativas. El Peronismo maneja el arte de lo impredecible como nadie, y sorprende a propios y extraños con su implacable método de supervivencia.

Así es el Peronismo. Alianzas que se tejen y se rompen con tanta facilidad como la que tienen los peronistas para sentarse a comer en la mesa que convenga. Basta repasar la historia de cada uno de estos tres políticos, y su padrino, para hacerse muchas preguntas. Lamentablemente, algunas encontraron su respuesta hace tiempo.

¿Las alianzas dejaron de tener como hilo fundamental las coincidencias ideológicas, para tener como único objetivo una mayor proyección de votos?

Hacen y deshacen, muy lejos de la memoria y los principios. Así es el Peronismo, un bazar de compra y venta, donde el que aporta votos recibe a cambio un cuadro de Perón y Evita para colgar en su oficina.

8 de febrero de 2009

Gracias




Por Matías Alba

Gracias por dejarme ser un protagonista de tu vida. De tu historia.
Gracias por dejarme cobijarme en un lugar tan especial de tu corazón. De tu simple y único corazón.
Gracias porque a pesar de los años, del tiempo, me demostraste que no me olvidaste y que siempre estuve presente en tu mente, en tus sueños, en tus despertares y en tus suspiros
Gracias también por haber logrado que yo tampoco no te haya alejado de mi vida.
Y, obviamente, de mi corazón.
Gracias por hacer que tu ojos -esos indescriptibles y bellos ojos que irradian una mirada más indescriptible y bella- no se hayan despejado un minuto de mi mirada.
Gracias por todo lo que me brindaste y me enseñaste.
Gracias por hacerme creer en el amor y por haberme ayudado a crecer.
Gracias por haberme demostrado que el rencor pierde con el amor.
Simplemente gracias por existir.

Nunca te detengas


Por la Madre Teresa de Calcuta
Siempre ten presente que la piel se arruga,
el pelo se vuelve blanco, los días se convierten en años...
Pero lo importante no cambia; tu fuerza y tu convicción no tienen edad.
Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña.
Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida.
Detrás de cada logro, hay otro desafío.
Mientras estés viva, siéntete viva.
Si extrañas lo que hacías, vuelve a hacerlo.
No vivas de fotos amarillas...
Sigue aunque todos esperen que abandones.
No dejes que se oxide el hierro que hay en ti.
Haz que en vez de lástima, te tengan respeto.
Cuando por los años no puedas correr, trota.
Cuando no puedas trotar, camina.
Cuando no puedas caminar, usa el bastón.
¡Pero nunca te detengas!!

7 de febrero de 2009

Marcas del corazón


Por Matías Alba

Dicen por ahí que el tiempo cura las heridas, como si fuera una madre ocupándose del raspón de un chico que jugó a la pelota. Y es muy probable. Sin embargo, lo que puedo asegurar, es que el tiempo no le triunfa al olvido.
Cuando una persona marca a fuego tu corazón, es imposible que algo pueda borrar ese “sello” único e indescriptible. Ni las lágrimas más intensas podrán lograr ese cometido.
Qué hermoso es que una “personita” se haya ganado un lugar de tu cálido corazón, ya sea para grabar su nombre, su rostro, sus recuerdos. Y más aún, qué hermoso es cuando el acto es reciprocó.
¿Pero ese cofre (léase corazón) tiene una llave que cualquiera puede tener? Para nada. Esa especial llave uno se la entrega a la persona que es –o fue- totalmente merecedora de obtenerla. Que sabe que va a cuidarla como a nada en el mundo. Que sabe que la guardará en lo más profundo de su pecho.
Pueden transcurrir uno, cinco, hasta diez años; pero siempre estará ese rincón del caprichoso corazón con el cartelito de “Prohibido pasar” colgado de su puerta. Hasta podría haber otra persona que luego se adjudicadora de esa llave o que se gane un sitio en él. No obstante, eso no implica que los anteriores recuerdos, nombres o rostros, se hayan borrado como el mar elimina las huellas de la arena.
El corazón no tiene muchísimo espacio para ocupar, entonces, cuando uno se gana un lugar en el del otro, se convierte en un verdadero privilegiado en la vida. Y, especialmente, cuando es en la persona que ya se ganó un rincón del tuyo.