Por Matías Alba
No quiero alejarme de tu boca, porque su roce me fortalece.
No quiero alejarme de tus manos, porque sus caricias me protegen.
No quiero alejarme de tus susurros, porque me dan fuerza para seguir.
No quiero ajarme de tu cuerpo, porque sentirlo me traslada al paraíso.
No quiero alejarme de ti, porque simplemente me muero…
28 de abril de 2011
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