Excmo. Señor Julio Humberto Grondona:
Yo, don Manuel Belgrano, nacido un 3 de junio de 1770, argentino, hijo de Doménico Belgrano y María Josefa González Casero, fervoroso hincha de Talleres de Córdoba, me dirijo a usted para solicitarle tenga a bien considerar la penosa situación que vive el Racing Club y en justa causa actúe en consecuencia.
En lo que a mí respecta, más allá de que tropas rojas vecinas se opongan con vehemencia, no permitiré de modo alguno que esa prestigiosa institución de Avellaneda descienda de categoría pues, quien lo pretenda, deberá antes pasar por sobre mi cadáver. Considero una vasta injusticia, en mi condición de buen patriota y creador de la bandera que lleva los colores de la gloriosa "academia", que una entidad que trajo al país la primera Copa Intercontinental de Clubes hoy deba padecer tamaño infortunio.
Sí, esos mismos valientes que en la década del sesenta cruzaron el río “color de león” para afrontar con hombría aquella memorable y feroz contienda ante los piratas británicos, proeza que no pudimos lograr los que en 1806 intentamos rechazar la primera invasión inglesa apostados en las márgenes del Riachuelo, lugar donde ahora -por suerte y con orgullo- se puede ver emplazada la “Bombonera” y no el arrogante estadio de Wembley.
Le pido por un club que en sus filas supo albergar al uruguayo Ruben Paz, descendiente del gran estratega José María (quien formara parte del a mi mando Ejército del Norte) y a un montón de guardametas que domingo a domingo también rindieron homenaje al apodo de aquel entrañable general cordobés, "el manco”.
Le estoy reclamando por el equipo donde nacieron -en lo deportivo- el actual Comandante en Jefe de la Selección Nacional y su lugarteniente, ambos por usted designados; y que, además, su Cuartel General lleva el nombre de otro líder tan caro a los sentimientos de los argentinos:Juan Domingo Perón.
Con mis amigos del barrio de Once (Alberti, Azcuénaga, Castelli, Matheu y Larrea) hemos jurado combatir la injusticia, por eso le recuerdo -para que lo medite en el corralón de materiales de su bien amado Sarandí- lo que supe decir allá por 1810: "Que no se oiga ya que los ricos devoran a los pobres, y que la justicia es sólo para los ricos"… si han de cobrar penales a favor de Boca, deberá ser también favorecido Racing.Yo, que he conocido el júbilo de una épica victoria en Salta (3 a 1, con dos hombres menos, frente a Juventud Antoniana) y la aflicción de dos derrotas en condición de visitante, tanto en Vilcapugio como Ayohuma, donde me acompañó con lealtad el coronel Baltasar Cárdenas (padre del “Chango”, autor del aquel golazo frente al Celtic), no puedo más que sentirme fervorosamente consustanciado con la causa racinguista.Me corroe las tripas evocar que anteayer, en la ciudad donde se erige el Monumento Histórico Nacional a la Bandera, un conciudadano de apellido González, y de apodo “Kily”, haya clavado un puñal en las entrañas mismas de la Guardia Imperial.
Como acertadamente dijera el Gral. San Martín (enfrentado compañero de plateas en River), "la conciencia es el mejor juez que tiene un hombre de bien"; es por eso, señor presidente de la AFA, como ya tuve hace tiempo la ocasión de reemplazar a Juan José Viamonte y no quisiera ocupar de facto su sillón en la calle del mismo nombre, le propongo, le sugiero, le ordeno, que decrete el cese de descensos para este año, de lo contrario que Dios y la Patria se lo demanden.
En el este y el oeste, en el Norte y en el Sur, brillará blanca y celeste…la Academia Racing Club.
Don Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano
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