Por Matías Alba
Un genio, trastornado, ídolo, demente, figura, chiflado, pionero; sea lo que sea, no hay dudas que Charly García se ganó un lugar -y también privilegiado- en la historia Argentina.
Un genio, trastornado, ídolo, demente, figura, chiflado, pionero; sea lo que sea, no hay dudas que Charly García se ganó un lugar -y también privilegiado- en la historia Argentina.
Este excéntrico músico dio un vuelco al denominado rock nacional, desde su recordado dúo junto a Nito Mestre en “Sui Géneris”, hasta su larga y exitosa carrera como solista.
Carlos Alberto García Moreno es de ese grupo de individuos que nacieron con un Don. Si se repasa la vida del autor de “Filosofía barata y zapatos de goma” o “Seminare”, se puede saber que su primer concierto lo brindó a los cuatro años, que a los nueve le comunicó al experimentado músico Eduardo Falú que tenía una cuerda de su guitarra desafinada y que a los doce se recibió de profesor de teoría y solfeo.
Luego, en el ’64, cuando el sonido de “Los Beatles” captó el oído de García, murió el concertista de piano y nació la estrella de Rock and Roll. De ahí en adelante la mayoría conoce -aunque le guste o no la música de Charly-, cómo continuó la historia. La rica y desbaratada historia.
“Quiere llamar la atención” y “está más allá del bien y el mal”, son algunas de las afirmaciones que se escucha sobre su persona. Y la verdad que son discutibles. Pero sobre su faceta musical, hay que tener agallas, estudio y conocimiento para reprocharlo y juzgarlo. Especialmente, porque todos los “trip en el bocho” tienen un por qué en esta vida.
Mientras tanto, y a pesar de todo y todos, Charly García fue, es y será uno de los pioneros y más dotados (excelentes son muchos) músicos de la Argentina, y del planeta.
Say no more.
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