16 de mayo de 2008

Mercado Blanco


Por Etienne Baigorri


La trata de personas es un delito contra los derechos humanos y es considerado como la esclavitud del siglo XXI. Consiste en el traslado forzoso o por engaño de una o varias personas de su lugar de origen, las cuales son privadas de su libertad con fines de explotación laboral y sexual.

A veces se trata de menores de edad que desaparecen; en otros casos de mujeres mayores, pero siempre la modalidad se repite: sea por engaño o directamente por la fuerza, se las termina encerrando y se las fuerza a prostituirse. Durante el aislamiento, las vícitmas son sometidas no sólo a la humillación sexual, sino también a la violencia extrema y al consumo de drogas para que sean amables con los clientes.

El pasado 9 de abril, se convirtió en ley el proyecto que penaliza este delito para fines de explotación tanto sexual, laboral, extracción de órganos o de sumisión a la servidumbre. El treinta del mismo mes se promulgó esta ley que fue intensamente discutida por varios sectores. La abogada feminista Marta Fontenla, de la Asociación de Trabajo y Estudio sobre la Mujer explicó los motivos del rechazo a la nueva norma: “ la ley establece que para que se configure un delito hace falta que el delincuente haya actuado con violencia o coacción. Para definir al delito de Trata de blancas lo principal es diferenciar al delincuente de la vícitma y agravar la pena si utilizó estos métodos”.

La norma establece para el delito una pena de tres a seis años, que puede elevarse a diez si el culpable fuese familiar directo o cónyuge de la víctima. En el caso de que las personas explotadas sean menores de edad, la pena aumenta a quince años de cárcel.

Aunque muchas veces pase desapercibida, la trata de personas tiende sus redes por todo el país. Por lo general, el reclutamiento de las víctimas tiene lugar principalmente en las provincias del norte, ya sea por el engaño o por el secuestro. Los lugares de destino suelen ser las provincias de
Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, La Pampa, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Este siniestro circuito ya tiene trascendencia internacional, especialmente con la ruta hacia España.

Susana Trimarco a partir de la desaparición de su hija, Marita Verón, se convirtió en un icono de la lucha por la penalización de la “Trata de blancas”. La joven fue vendida a un burdel de La Rioja en 2500 pesos, el tres de abril de 2005.

Trimarco, a lo largo de su lucha, pudo denunciar a una banda organizada que trabajaba en todo el país secuestrando a mujeres, chicos y chicas para la explotación sexual. Señaló con pruebas suficientes a las mafias dedicadas al tráfico de mujeres para la prostitución y pudo rescatar a 158 víctimas de estas redes, que pudieron volver con sus familias, pero aún no pudo rescatar a su hija Marita.

El negocio mundial de la trata de personas genera ganancias superiores a los 30 mil millones de dólares al año y compite por el tercer lugar en la lista, debajo de la venta de armas y el comercio de drogas. En la Argentina, según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo, en este negocio participan directa o indirectamente medio millón de personas.

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