12 de septiembre de 2014

Todo pasa… y nada queda

Por Matías Alba


Al final se fue como deseaba… El sillón de la calle Viamonte, que ocupó desde el 16 de abril de 1979, lo dejó cuando su corazón dijo “basta”.
Julio Humberto Grondona estuvo 35 años al frente (y siendo dueño) de la AFA y delegó el cargo cuando el 30 de julio de 2014 falleció de una aneurisma en la arteria aorta, a los 82 años.
La polémica y no menos controversial gestión del vecino de Sarandí arrancó en 1978 como secretario de Finanzas y Hacienda y, un año después, ya se lo observó muy cerca del denominado “Proceso de Reorganización Nacional” (léase golpe militar que derrocó al gobierno democrático), como se lo muestra en la celebración de la Copa del mundo en Argentina, al lado del genocida Jorge Rafael Videla.
Desde ese momento, Grondona atravesó en su cargo todo tipo de gobiernos sin siquiera tambalear por un instante por conflictos en puerta, y no tuvo problemas de acordar con presidentes radicales, peronistas y –como lo era en la actualidad- de estrechar fuertes vínculos económicos con el Kircherismo.
Además, el ex ferretero siempre fue muy cuestionado por la forma en la que conseguía la reelección del sillón más codiciado del futbol argentino. Por ejemplo, como dato estadístico y anecdótico, en las ocho elecciones que se sometió, Grondona tuvo en una sola oportunidad un oponente: fue en 1991, cuando el ex árbitro Teodoro Nitti se presentó y logró un solo voto (como se podría imaginar, el de Racing).
Las elecciones eran con el mismísimo Julio Grondona presente, cruzados de brazos delante de la urna, y con todos sus amigotes –o monigotes- presentes. Increíble.


No obstante, la justicia se fijo en él muchas veces, pero nunca logró encontrar las pruebas necesarias para incriminarlo de alguno de los delitos que tanto se le cuestiona. Hasta su deceso, contaba con orgullo que todas las causas que le abrieron fueron cerradas con su falta de mérito y absolución. Recibió decenas de allanamientos, cartas documentos, juicios, acusaciones y otras tantas consideraciones sobre manejo fraudulento de la AFA, pero siempre fue inocente de culpa y cargo
¡Eso sí que es tener mucha suerte!
Además, entre las cantidades de cositas que Julito hizo al frente de la AFA, hay que contar 87 muertes por violencia en el fútbol. ¿Cómo lo solucionó? Siempre llevó a cabo patéticas medidas que no lograron extraer a los violentos de los clubes, los cuales siempre fueron manejados a sus antojos.
     Por su parte, durante su larguísimo mandato, las instituciones (incluidas las más grandes del país) llegaron o estuvieron al borde de la quiebra. Deudas abismales, pases fraudulentos y contratos insensatos, nunca faltaron en las más de tres décadas que Grondona estuvo como ”dueño absoluto” de la pelota.
También, el negocio de la televisión fue uno de los puntos más importantes y turbios de su gestión. Recordamos que a mediados de los ’80, Grondona se asoció con Carlos Ávila, cuando el empresario creó Torneos y Conpetencias (TyC) y acordó con la AFA cómo para darle forma al negocio del fútbol. Julio Humberto recordó varias veces que esa sociedad sumó un tercer actor que fue el Grupo Clarín, interesado en transmitir el fútbol para consolidar su empresa de cable. Así surgió TRISA, que compró los derechos del fútbol y pertenecía por partes iguales a Torneos y al Grupo Clarín. El vínculo se cortó cuando Grondona abruptamente rompió el acuerdo y se asoció con el Gobierno Kirchenrista.



Durante todos esos años, hubo diversas y decenas de denuncias de lavado de dinero, contratos sucios, etc. Obviamente, hubo denuncias presentadas en la justicia y hasta una cámara oculta, realizada por Ávila al presidente de la AFA en octubre de 2011, donde se denuncia al “pope” por supuestas cuentas millonarias en el exterior. Ávila hasta mostró copias de escritos o detalles de esas cuentas por alrededor de 30 millones de dólares, a nombre de Grondona Humberto y Grondona Julio H. Otra vez… nada pasó.
Hasta hubo un dirigente “arrepentido” de haber participado de los “jueguitos” de la AFA y habló. Ese fue el ex presidente de Independiente, Andrés Ducatenzeiler, quien entre 2002 y 2004 presidió el club de Avellaneda, y luego se su mandato decidió contar y denunciar lo que el mundo del fútbol conoce y nadie se anima a decir: los arreglos “sucios” de árbitros, televisión, partidos arreglados, barrabravas y violencia. La parte más negra de la gran pasión de los argentinos. Desde la AFA hicieron de todo para que las declaraciones de Ducatenzeiler no llegaran lejos y hasta lo hicieron pasar por “enfermo mental”.
No quedan dudas que Julio Grondona manejó a su merced los hilos de la AFA, la institución que alberga el deporte preferido de los argentinos. Y se dedicó a que los violentos y empresarios mafiosos sean los actores principales de los clubes y, obviamente, logró que las familias argentinas vayan cada vez menos a las canchas y que muchísimas personas descrean del fútbol. Lamentable por donde se lo mire.
“Todo pasa” solía decir Grondona en reiteradas oportunidades. Es verdad Julio, todo pasa, lástima lo que queda.