3 de septiembre de 2008

Fama




Por Facundo Bianco

Llegue a una conclusión. No es novedosa (sí el hecho de que yo haya llegado a ella), pero finalmente entendí que hoy día la fama tiene una relación directamente proporcional a las horas de exposición mediática.
O sea, cualquiera llega a ser famoso cuando entra al mundo de la tele y los grandes medios, y pasa varias horas allí haciendo lo que demande la ocasión (léase: ¡cualquier cosa!). La fama ya no va de la mano del talento, de la capacidad o simplemente por ser protagonista de un hecho como puede ser asesinar a un ex presidente… que no está mal si se elije correctamente el blanco.
Si soy sincero, tengo que confesar que esto lo tengo claro hace rato. Pero en realidad la novedad está en que hubo un caso que me sorprendió: la pseudo-fama y presencia en los medios de esa quinceañera conocida como Cumbio, una flaca que juega a ser freak desde su fotolog, el más visitado en Argentina, y del que no pienso poner la dirección.
La pregunta que ahora resuena en mi cabeza, tiene que ver con cómo fue que sucedió, que de un día para el otro ésta chica es la cara de la nueva campaña de Nike, organiza fiestas multitudinarias y firma autógrafos los miércoles en el Abasto. Lo de los autógrafos me molestaría bastante, sobre todo si me vienen a hinchar las pelotas cuando estoy comiendo o viendo a Tigre… pero ¡qué bueno sería que Nike me pague por vaya uno a saber qué!
El mundo se está plagando de Emos, Fotologers, Blogers, Facebookers y millones de otros “ers”, que comparten su vida a través de internet y se han convertido también en tribus urbanas.
Tengo 24 años, y el tiempo transcurrido entre el fin de mi infancia y la aparición de Cumbio es corto, y eso me angustia más aún. Nuestros ídolos de la niñez tenían algún talento: Las Tortugas Ninjas eran mutantes y karatecas, el Topo Gigo no tiene discusión y los Super Campeones eran capaces de meter un gol después de rebotar en los dos palos del arco contrario. Hasta Carozo y Narizota estudiaron periodismo, y Los Pitufos tenían una mirada filosófica de la vida, representando a los siete pecados capitales.
Si es que hay un problema, por lo menos así lo considero yo, ese problema no es Cumbio. El eterno dilema del chancho o el que le da de comer.
Los tiempos cambian. Y me estoy quedando afuera, tan pronto…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Facu:
¡Me gustó mucho tu nota! la verdad, refleja lo que mucha gente de nuestra edad piensa en este momento.
Un beso grande
Ali