21 de mayo de 2008

Exceso de histeria

Por Facundo Bianco

En el campo, en una cancha, en la calle o en Casa de Gobierno. Lo cierto es que a lo largo y a lo ancho del país se viven situaciones donde la histeria domina a la razón. Los resultados, claro, están a la vista.

De Angelis, las cuatro entidades rurales y sus seguidores solicitan una reunión con la Presidenta, para negociar. Eso sí, no piensan reunirse antes de que Cristina y su gabinete expongan públicamente sus ofertas. Pasando en limpio: se hace lo que ellos quieren o siguen cortando las rutas y desabasteciendo.

Los hinchas de River viven uno de los momentos más angustiantes de su historia. Dos duras derrotas crisparon aún más los ánimos en un club que perdió la calma hace rato. Entre tiros, cuchillazos, muertes, dudosas transferencias y ningún logro deportivo en los últimos tres años, el presidente Aguilar decidió declarar que “River parece Aruba”. Ahumada y Carrizo hicieron saltar la térmica un poquito más, y el maíz y las banderas terminaron por decorar un escenario de destino incierto. Parece que ni ganar el torneo Clausura va a calmar las aguas en Nuñez.

Si pasas por 9 de Julio y San Juan, el mejor consejo que alguien puede darte, es que tengas mucho cuidado. Llueven limones, chapas, láminas de acero… No se sabe que lloverá mañana, aunque es improbable que caigan billetes o chocolates. También deberá acompañarte la fortuna en caso de que pretendas cargar nafta. Las estaciones de servicio la escatiman, la reservan para los días que no existen descuentos con tarjetas, o llevan su valor hasta los tres pesos.

Desde el Gobierno, minimizan cualquier hecho que los roce, tanto como maximizan cualquiera que vaya en contra de sus intereses. Bajo esa norma, todo kirchnerista de ocasión que integre el círculo oficial prefirió omitir la batalla campal que desataron en la cancha de Almagro, las patotas del Sindicato de Camioneros y la UOCRA.

Ninguno de estos casos tiene que ver con la desesperación que generan la miseria, el hambre, la falta de hogar y de trabajo. Definitivamente, hay exceso de histeria generalizada en sectores y ocasiones que no lo ameritan.

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