30 de octubre de 2008

Porque sé que nos puede estimular



Texto publicado por Gillespie en su blog de Clarín, con motivo del cumpleaños número 57 del genial García.

Considero que los verdaderos artistas deberían ser juzgados por lo mejor de sus obras. Ellos vinieron a formar parte de este mundo para crear, para jugar a fondo, para sumergirse en el caos y, a partir de ahí, desocultar el misterio. Van más allá del lugar en que se encuentran. Sus mentes viven navegando, indagan por otros sitios. No les pidamos coherencia, prolijidad, ni subordinación. Dejemos eso para los gobernantes, economistas, escribanos o militares, pero nunca para los artistas.
De haber existido sólo los creadores socialmente aceptados, nos hubiésemos privado de Van Gogh, Nietzsche, Hendrix, Monk, Baudelaire, Barrett, o Dalí.
Estaríamos rodeados nada más que de arte previsible, un tanto cosmético y mediocre. Está bueno abandonar el temor a lo desconocido, a lo que no es del barrio, en definitiva, a lo que nos incomoda. Como dice el buen amigo -y artista plástico- Roberto Fernández, las "tormentas psíquicas" nos purifican el alma.
Es por eso que celebro la mejoría de Charly, alguien que ha vivido por y para la música. Quizá lo único coherente en él -y afortunadamente lo más importante- es su amor por ella. Vale como referencia que, en forma cotidiana, acostumbre llevar a la cama el talento y su teclado. Querido García: ¡Sweet 57! ¡Que pases un muy feliz cumpleaños!

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